Un poco confundida, un poco retraida, un poco cansada, un poco agüevada; de a pocos me fui perdiendo, de a pocos fui descubriendo lo que realmente pasaba, de a pocos encontré una realidad un tanto cruel, de un golpazo entendí que todo fue fugaz.

No eran más que palabras que el viento se llevaba día tras día, palabras que seguramente otras ya habían leído y escuchado, que agüeve más absurdo e ilógico, siempre supe que era así, pero la terquedad también hizo lo suyo. 

Gracias a la vida que en medio de una fría madrugada hizo que la razón volviera a mi, me mostró la verdad, me tomó de la mano y me susurró al oído, es hora de emprender un nuevo viaje lejos de aquí.

El boludo me agüevó.

Juro que estoy haciendo mi mayor esfuerzo por escribir algo cabrón, algo pasional, algo fuerte; pero como que no me fluye. Entiendan un poco mi estado de "agüevadez", igual prometo que pronto leerán cualquier maricada llena de sarcasmo y crueldad.

Es increíble como alguien aparece y cambia de la nada hasta tus pensamientos para escribir, que vaina más jodida.

Perderse en la vida...

Me he jodido, me he perdido de la manera más absurda, me he quedado como idiota mirando sus ojos, me han encantado sus besos y he perdido la noción del tiempo junto a él. ¡Qué delicia perderse un poco así en la vida!

Entre tantas vueltas que da la vida he encontrado alguien con un desorden mental más agudo que el mio y siendo sincera se siente del putas. El único problema es que un juego peligroso, como una ruleta rusa, que cuando uno menos lo piensa llega la muerte, aquí morir es perderse en la mirada de esa persona, entregar cuerpo, mente y corazón. 

No hay una guía a seguir, no hay instrucciones, el riesgo es muy alto, demasiado a decir verdad; pero bueno, supongo que de eso se trata la vida; arriesgar, vivir y disfrutar.

Así que aquí estoy, arriesgando lo poco que tengo de razón y sensatez a cambio de un poco de locura y vida; maravillosa y mágica vida llena subidas y bajadas.

Desorden mental absurdo, ilógico e incoherente. Peligrosa atracción, dulce y mágica tentación; al parecer la espera se termina.  

Escribir sin pensar, no buscar que las letras combinen, no tener una estrategia, caminar sin dirección, ir cantando por el mundo, quizás sea el más claro ejemplo de libertad, esa que nos han quitado o simplemente hemos regalado.

Reír de cualquier pendejada que nos dicen, llorar cuando el alma lo pide, no depender emocionalmente de nadie más que de nosotros mismos; hemos entregado nuestra  libertad a cambio de mentiras, besos fríos y orgasmos fingidos.

A lo largo de vida nos vamos desprendiendo de las cosas simples que nos llenan de luz y alimentan el alma. Todo porque sentimos la necesidad de darle un rumbo serio a la vida; que triste es ver que darle rumbo serio  a la vida es dejar atrás la esencia que nos hace únicos,

Quise no pensar, quise olvidar; decidí ir a la oscuridad y el silencio de una noche fría para volar. Descubrí que había enloquecido cuando aún en medio de la nada mi único pensamiento eras tú. 

De la ternura, a la locura, de la locura a la pasión, de la pasión al "coqueteo"; sencillamente encantadora personalidad camaleónica.

Se vieron a los ojos y una magía inexplicable apareció, el resto del mundo no importó, sentían que flotaban y no hubo vengüenza ante tan fuerte atracción; aunque para muchos no era normal, ellas coincidieron en el momento y lugar exacto. Peligrosa tentación.

Qué se ha creído para ponerme el mundo de cabeza, así, tan de sorpresa, tan campante, tan sonriente y peor aún tan distante.

Apareció de la nada y ha logrado instalarse en mi cabeza, de día y de noche anda rondando en los más locos pensamientos; esto no es un círculo vicioso, es una línea sin dirección que me está enredando.

Extraña sensación, curiosa ansiedad y estúpida sonrisa al pensarte, por Dios creo que de a poquitos he perdido la razón.

Últimamente sueño más estando despierta que dormida, grave problema; el insomnio se ha convertido en mi consejero y el pobre es muy idealista, me ha tocado decirle que aterrice porque al paso que íbamos yo iba a terminar idealizando lo que quizás no sea más que un error.