jueves, 31 de marzo de 2016

De mi, para mi.

No estoy buscando un príncipe azul para que seamos felices para siempre, pero tampoco ando buscando un tarado que sólo me busque para follar; porque si de ser prácticos se trata, sale mejor quedarse en casa acostada viendo una buena película, comiendo cerezas (las amo) y jugando al "yo con yo" pues así me ahorro los besos babosos, las caricias falsas, las preguntas estúpidas y hasta un arrunche casi obligado.

Mejor dicho hace tanto que nadie me mueve el piso de tal forma que me den ganas de desbaratarlo y que me desbarate, que por ahora decidí dedicarme a darme amor por mi propia cuenta. 

martes, 1 de marzo de 2016

¿Esclavitud en pleno siglo XXI?

Si, puede parecer extraño y absurdo hablar de esclavitud y amos en pleno siglo XXI, en pleno 2016. Pero, no nos debería escandalizar, porque aunque no lo queramos ver, estos dos términos están vigentes, pero para no hablar en abstracto recurriré a ejemplos reales, claros y a situaciones a las que muy seguramente nos hemos visto sometidos en algún momento.

Para no ir tan lejos hablemos de transporte, salud, educación, trabajo y lo que salga, porque tristemente somos esclavos y nuestro amo es una sociedad, gobierno y muchas veces nosotros mismos. Lo peor es que ésta es una realidad que no cambiamos y no sabemos en qué momento podamos cambiar. 

¿Salud?, claramente somos esclavos de un sistema, si es que se le puede llamar así. Éste nos somete día tras día, es espantoso, despiadado, desastroso y está mal manejado, lo peor es que es nuestro amo y somos sus esclavos. Si no está de acuerdo, dígame que lógica tiene esperar meses para ser atendido por un especialista o ver como mueren personas DENTRO de los centros de atención mientras esperan a ser atendidos. Bueno, además a los empleados les descuenta el 4% de su salario para “aportes a salud”. A propósito, éste aporte sólo lo hacen los empleados, porque a los empleadores los eximieron de hacerlo porque en teoría pagan el impuesto del CREE; impuesto que muchos evaden, pero bueno, no me adentraré en ésta problemática porque me terminaría desviando un poco del tema.

¿Transporte? Bogotá; caótica como ninguna otra y con un sistema de transporte que no funciona. El famoso Sistema de Transporte Integrado es inseguro, costoso, demorado y lo peor es que nos vemos obligados a usarlo. Si, ya sé que están las bicicletas y las ciclo-rutas, pero ¿de qué sirven con tanta inseguridad? Entonces ¿qué hacemos?, ¿no vamos a estudiar?, ¿nuestros padres no van a trabajar? Nuevamente es claro como somos esclavos de la inseguridad y un sistema de transporte que no funciona.

¿Educación? Es básico, sin dinero difícilmente accedes a educación. La educación pública no es la mejor, la privada es carísima y ni hablar de las universidades porque seguramente terminamos llorando o buscando tiquetes para irnos a estudiar fuera del país, claro está, si tenemos los medios económicos. ¿Qué pasa? ¿Por qué se invierte tanto en guerra y tan poco en educación? ¿Por qué nuestro “magnífico gobierno” obliga a los chicos a prestar el servicio militar y no a estudiar? ¿Por qué nos toca buscar opciones en otros países?, son demasiados por qué sin respuesta. Quizás nosotras que estudiamos en un colegio de clase media-alta no percibimos ésta realidad, pero si vemos un poco más allá de nuestra burbuja vamos a ver que no estoy mintiendo y que nuestra realidad es esa y lo peor es que ésta es una situación que no tiende a mejorar.

¿Trabajo? 8 horas por un salario mínimo que no cubre todas las necesidades de un hogar colombiano, un salario que está por debajo de lo que se considera gastos básicos y elementales. Somos esclavos, o bueno, son esclavos. Los profesionales terminan manejando taxi y si viene alguien con un título del exterior tiene muchas más posibilidades de adquirir un buen empleo y una remuneración decente. Claro, pero no todos pueden irse a estudiar afuera, así que ¿dónde quedan los que estudian y se preparan acá? No vale la pena prepararse en Colombia para ejercer cualquiera que sea la profesión que elijamos. Infortunadamente nos están educando con una mentalidad pobre y conformista y como dice el popular dicho “por eso estamos como estamos”.

Hablar de esclavos y amos en la sociedad actual es complejo y no precisamente porque no hayan ejemplos, sino porque es imposible abarcarlos todos. Relaciones de pareja, amistades, familia; a veces no diferenciamos y cruzamos esa delgada línea entre el respeto y la autoridad y nos volvemos esclavos.

Somos esclavos de la economía, de la religión y de tantas cosas; que de independencia no tenemos mucho o quizás nada.

Para salir un poco del tema socio-cultural podemos hablar de las relaciones de pareja. Si y no me refiero precisamente a la relación amo – esclavo de la que nos habló E.L James en su libro “Fifty shades of Grey” sino de la dependencia emocional que muchas veces generamos en nuestra pareja. Si, esa que se presenta en muchas oportunidades y ni siquiera la detectamos porque creemos que todo es amor; esa ceguera que nos lleva a justificar muchas veces gritos, empujones y hasta golpes. Si nos hablan lindo estamos felices, pero si nos hablan mal nuestro mundo se va al piso; justo ahí nos volvemos esclavos de nuestra pareja y de la relación. 

Así es, el concepto de amo-esclavo no ha desparecido, quizás ha cambiado el nombre y se ha maquillado un poco, pero sigue estando presente en nuestro día a día.

Ahora bien, el ideal claramente no es ser esclavo, pero tampoco es ser amo, es simplemente ser, luchar por lo que soñamos y queremos, luchar sanamente sin pasar por encima de nadie, luchar buscando nuestro beneficio, luchar en contra de esa esclavitud a la cual nos hemos sometido por siglos y décadas.

Después de haberme sentado a pensar en cómo escribir éste texto, de analizar la realidad que me rodea, de pensar en cómo todos nos hemos sometido, concluí que somos esclavos de nosotros mismos y por lo tanto solo nosotros podemos liberarnos, porque aunque no lo creamos somos nuestros propios amos y esclavos. Y en la posición de amos somos aterrorizantes.

Pajazo nocturno

Lo jodido es estar ahí, en ese punto en que no sabes si seguir adelante o regresar, ese punto en que no sabes si dar más o simplemente cambiar el rumbo. Ahí, justo ahí, cuando la sensación de fracaso aparece prematuramente y tu mente se vuelve un caos. 

"Ni una menos"

Ser mujer no nos puede convertir en un blanco "fácil" para ser atacadas, usar vestido corto no puede ser la justificación para que especulen y digan "se lo buscaron", decidir viajar solas no debe convertirse en la peor decisión tomada. 

Ningún crimen o delito tiene justificación y la solución no puede ser quedarnos en casa sin tener derecho a soñar y aventurar; el mundo es enorme, está lleno de lugares maravillosos y está hecho para ser recorrido, descubierto y disfrutado, es por eso que no se nos puede convertir en una cárcel y nuestra ciudad o país en una celda de la cual no podamos salir por miedo a ser atacadas. #NiUnaMenos