El día que pensé que todo terminaría, pintaba como un día normal, un día más en casa junto a él, compartiendo unas cervezas y hablando de la vida; nunca entendí qué pasó, ni como pasó. Pero mi mente se nubló, fue como si una nube negra se posara sobre mí y tapara hasta el más mínimo reflejo de luz que podía entrar en mi vida.
Cuestioné todo, lo que más cuestioné fue mi existencia y pensé que el cuestionamiento era el preámbulo para acabar con eso, con mi existencia.
No sé si fue el licor, pero esa sensación JAMÁS la había sentido, tengo como imágenes cortadas en mi mente, recuerdo a Zeus (mi gato) asustado sin querer salir al balcón, recuerdo a Ricardo asustado, sin saber qué hacer, me recuerdo sentada en el borde del balcón viendo hacia las montañas y viendo una que otra vez el piso en el que caería, pensaba (me boto y me mato, de eso estoy segura), sé que pensé en mis papás, en mis hermanos, en mis sobrinos, en el vacío que dejaría, pero también sé que pensaba que les quitaría una carga de encima,
Pensé en como serían sus vidas sin mí (egocéntrica), obvio me llorarían, pero sus vidas seguirían; pensé en como después de tanto llorar, tenía a mi lado a un hombre maravilloso, un hombre que me ama, un hombre que sueña conmigo.
Pensé en que era una desagradecida y sé que no paraba de decir que estaba cansada; olvido todo, cierro los ojos, 2 ó 3 veces más salí al balcón con la intención de lanzarme, pero Ricardo me detuvo, Ricardo me salvó de mí misma y eso se lo agradeceré siempre.
Olvido todo, todo se oscurece y cuando vuelvo a recordar los veo en mi habitación mirándome y llorando; jueputa, soy la puta cagada, otra vez preocupándolos, otra vez siendo un dolor de cabeza.
No sé que tanto dije, sé que era una parte de mí queriendo huir, sé que era una parte de mí cansada de cargar maletas ajenas, sé que era una parte de mí que no se termina de perdonar ni termina de perdonar; es una parte de mí que estaba quebrada y no quería seguir.
Hoy sigo acá, cada día pienso menos en ese día, cada día al despertar junto a Zeus y Ricardo recuerdo que son mi hogar y me salvaron.
Hoy sigo acá y ahora soñando con emprender un nuevo viaje y construir una nueva vida, hoy sigo acá y evito reprochar mi existencia.
Hoy sigo acá, aún cuando hay días en los que me cuesta levantarme porque mi mente me juega malas pasadas.
Hoy sigo acá y procuro agradecer en lugar de refutar el porqué hoy sigo acá.