https://verkenjegeest.com |
Desde el momento en que lo volví a ver supe que estaba entrando en desventaja otra vez y aunque según yo, ya había salido de ese laberinto, me costó tan sólo 2 segundos darme cuenta de que sí, había intentado salir, pero realmente no lo había logrado.
Y al parecer ésta vez iba a ser peor; había cambiado, su mirada era un poco más cálida y su sonrisa un poco más continua, así que si antes me había fascinado, ahora el tema se me iba a complicar aún más. Él es como un niño cuando hace una travesura y después actúa como si nada hubiera pasado, así que a mí no me quedaba más opción que olvidar la última vez que habíamos hablado y que las cosas no habían terminado muy bien.
Ahí estaba otra vez, un poco perdida en su mirada, un tanto sorprendida con su cambio repentino, pero repitiéndome constantemente "no, otra vez no, no puedes ser tan idiota", pero al parecer si tengo la capacidad de ser tan idiota; pues aquí me tienen, dedicándole otra vez unos minutos en mi aburrido trabajo, unas letras y obviamente uno que otro pensamiento.
Sin embargo y a pesar de mi idiotez constante y resonante, sé que no hay nada, ésta vez no guardo ilusión alguna, porque decidí vivir lo que tenga que vivir; pues ésta vez él volvió cuando yo decidí tomar vuelo y aunque debo reconocer que sí, lo tengo un poco metido en el corazón, mis sueños, proyectos y anhelos pesan muchísimo más que ese ingenuo y tonto sentimiento.