Transitar por el camino del desamor es de las cosas más dolorosas de la vida, el desamor como tal es la falta de amor, no solo el amor romántico, sino el amor en esencia, ese sentimiento que nos despierta la amistad, la familia, el romance.
Sentir que ese amor que se construye a raíz de la ilusión, la confianza, la esperanza y todo lo bonito que puedas llegar a sentir se esfuma, es doloroso y desafiante; porque enfrentar una nueva realidad donde tomas conciencia de que lo que pudo ser ya no fue se siente como una espada que atraviesa el cuerpo; amar es una decisión que requiere de responsabilidad, madurez, empeño y constancia.
El amor no es perfecto, el amor tiene altas y bajas, el amor es inesperado y las personas a veces somos crueles, otras tantas veces somos ingenuas, quizás una que otra vez somos irresponsables, irreverentes e ilógicas; el amor es ese impulso que a veces nos arroja por el abismo de la estupidez.
Amor, amor, amor... Escribir de amor siempre es inspirador, escribir de desamor es quizás más inspirador; escribir en un método de infalible para hacer catarsis, es terapéutico, es liberador, es sacarse el dolor en cada palabra que escribes, en cada frase armas, es saber que (ojalá) en un futuro no muy lejano, vas a poder leer y ver como el dolor no te mató, vas a poder darte cuenta que aprendiste, porque de todo en esta vida se aprende.
Escribir de amor estando entusado es idílico y escribir de desamor estando enamorado es quizás premonitorio. El amor se acaba, se transforma y a veces sentimos que es imposible lidiar con eso; pensar en la posible ausencia de la persona que amas es desgarrador, pero al final es una realidad. De una u otra manera el destino de todo tipo de relación es que se termina, sin importar las circunstancias, el motivo y el tiempo, todo termina. Unas veces por elección propia, otras por elección de la otra persona y otras tantas de manera muy cruel y dolorosa, por decisión de la vida y el destino.
Superar es un camino largo, pero que al final es muy satisfactorio, entender que algo terminó, cumplió su ciclo o simplemente ya no está, trae consigo paz; porque las noches sin dormir terminan, las interrogantes finalmente desaparecen, unas con respuesta y otras simplemente se van sin nunca llegar a ser respondidas. El hueco que sientes que tienes en el corazón se llena, se llena de paz, de tranquilidad, de amor propio y deja una sensación hermosa.
Al final desde que venimos al mundo, estamos aprendido a vivir con duelos de por medio, con alegrías, ilusiones, tristezas y tropezones; imagino que la vida en esencia es eso, sentir desde el momento en que llegamos a este mundo hasta el momento en que finalmente lo volvemos abandonar.