sábado, 2 de abril de 2016

Carta a una amiga

Querida amiga,

He pensado muchísimo sobre la forma en la cual decirte esto y por más que intenté suavizar el tema, tengo que decirte que eres una ESTÚPIDA.

No encuentro otro calificativo o quizás si, pero más ofensivo, así que creo que es mejor dejarlo en estúpida. Ahora bien, entiendo que te preguntes porque te lo digo y obviamente no te dejaré en ascuas sin saber el porqué de estas letras.

Es triste ver a una mujer maravillosa, única linda e inteligente ser tan bruta emocionalmente; te he dicho mil veces que ese tarado no te merece, eres mucho para él, mientras tú tienes metas y luchas por alcanzarlas, él simplemente anda viendo en que momento te descuidas para volver a cagarla.

Te he visto llorar y perdí la cuenta de las veces, pero sé con total certeza que son muchas, como para que ahora después del avance que habías tenido te dejes endulzar el oído de nuevo.

Es increíble ver lo embrutecida que estás, veo como le escribes mil indirectas por Facebook y estoy segura de que él ni cuenta se da; también sé cuando él aparece y fijo te mete el mismo cuento de siempre acompañado de una follada, que ni siquiera es la mejor, porque sabemos que Federico es muchísimo mejor polvo que el tarado de Julián; eres tan obvia y predecible que él sabe que con enviarte 3 mensajes y hacerte 2 llamadas estando ebrio ya te tiene de nuevo a sus pies.

Me das lástima y siendo franca, creo que él no es el tarado, la tarada eres tú que ni cuenta te das de que Julián aparece justo cuando sabe que tienes dinero.

¿Qué pasa por tu cabeza?, si es un vago, mal polvo, perro y descarado ¿qué le ves?.

¿Sabes algo?, ahora entiendo porque nos dicen que las mujeres somos brutas, es por mujeres como tú, que deciden perdonar y perdonar hasta quedar sin dignidad, dejándose utilizar como un juguete y hasta terminan pagando los condones, la comida, el taxi y el motel para que las follen y mal.

Es triste ver el panorama, porque no eres la única, porque son muchas las mensas a las que veo en el mismo plan. Ojalá algún día entiendas que lo que te digo es por tu bien y que si te hablo con tanta propiedad es porque a la fecha soy una estúpida REHABILITADA.

¡Ah! y por último, por favor, no me vuelvas a llamar hundida en un mar de lágrimas, ni a escribirme que te quieres morir porque Julián la volvió a cagar, porque la verdad es que me harté de decirte las cosas y lo más seguro es que de mi parte solamente recibas un "te lo dije".