martes, 2 de julio de 2019

¡Amiga!

¡Querida amiga!

Cuando empezamos a hablar y abrimos nuestros corazones entendí porque debía conocerte, aunque eso incluyera una ruta que también lo incluía a él; sin embargo, el poder tenerte y contar contigo a pesar de todo y nada, me hace feliz, porque me ayudaste a entender el propósito de una parte nublada de mi vida.

Gracias por tu sinceridad, tu risa y tu dureza para decirme la verdad; esa crudeza era lo que necesitaba y tú fuiste la encargada de iluminarme la existencia confusa que tenía desde hace un tiempo.

No tengo mucho por decirte, pero sí mucho qué agradecerte.

Te quiero.

Anestesia

Ilustración: Aqua Fantasy (Autor desconocido)
Esta vez no escribo con tristeza o dolor, esta vez me siento como anestesiada, como que todo el daño que podías hacer ya lo hiciste, entonces ya ni me dueles.

Por mucho tiempo te dediqué letras, desvelos, copas de licor, pensamientos y tiempo... ¡Mi tiempo! ese sí me duele un poco, porque sé que no lo recuperaré, pero bueno, tenía que gastarlo para aprender. Irme de ti ha sido fácil, lo he hecho muchas veces, pero siempre vuelves a tirar de el último hilo que nos une y ahí estoy, a tu lado, como si nada hubiese pasado antes.

¿Te quise? Por supuesto, te AME y si hay algo que me sorprende es ver cómo te ame, tan incondicionalmente que jamás me importó que fuera yo la única que estuviese entregándolo todo por nada. ¿Odio? Jamás, no se puede odiar a quien se amó con tanto fervor, convicción y sinceridad. No te odio y nunca lo haré; tienes una vida complicada, estás jodido y sólo espero que algún día brilles, porque puedes brillar demasiado, pero tú ni cuenta te das.

¿Miedo? por mucho tiempo tuve miedo a perderte, pero entendí que no había nada qué perder, simplemente nunca me viste, sólo fui como un regazo de luz que cruzó por tu vida, no pude quedarme, lo intenté, pero no hay manera alguna de hacerlo; estás encerrado, encasillado y tan apagado, que tienes la capacidad de apagar hasta un rayo de sol.

Perdón por nunca decirte las cosas de frente, nunca lo vi necesario, los hechos hablaban por sí solos; sé que lo sabes y por mucho tiempo tomaste ventaja de ello; no te culpo, das de lo que te han dado y tú por desgracia no conoces nada del amor, así que no sabes querer, no sabes amar y mucho menos sabes valorar a quien te ama.

Ahora que tu vida está tan nublada, sólo me queda pedir porque una luz te levante y saque de ese hueco tan espantoso en el que estás; cuando eso suceda seguramente no estaré para verlo, pero sé que sabré cuando ese momento llegue, porque siempre siento cuando algo pasa contigo, es una conexión extraña que espero se vaya atenuando hasta desaparecer, si es así, quizás no lo sepa, pero cuenta con que siempre habrá alguien deseando lo mejor para ti.

Gracias por tanto y tan poco a la vez ¡Adiós!