¿Que si me costó aceptarlo? si, muchísimo, me lo negué a más no poder; supliqué porque no pasara, pero pasó. Me envolvió, me encantó, me enloqueció y al final me enamoró.
Ilustración: Blanca Cecilia Zavala |
Me perdí en su mirada, esa que me intimida y me deja casi congelada, me hipnotizó con sus besos, me enloqueció con sus caricias y perdí la razón cuando me follaba; no puedo calificarlo como bueno o malo, porque simplemente en esos momentos perdí la cordura, sentí que estaba viviendo un sueño, de verdad me encanta y él lo sabe; lo sabe porque me hace temblar, porque se me hielan las manos y los nervios me delatan, me tiemblan los labios y él sólo se ríe, él solamente disfruta de verme así, con lo poco que lo conozco, sé que le encanta ver las sensaciones que despierta en mi.
Si, tú, te volviste mi perdición y sé que tengo que salir corriendo, no para salvar mi corazón, porque ese sin que te dieras cuenta te lo entregué mucho antes de entregarte mi cuerpo, pero creo que ni cuenta te diste. Tengo que salir corriendo, porque las ganas de verte me van a enloquecer, porque estas ganas de besarte me van a dejar sin sueño y porque finalmente al aceptar esto, sé que queda algo de sentido común en mí y ese mismo, ese poco que me dejaste de razón tengo que usarla para alejarme de ti, porque si no lo hago ya, estoy segura de que la única que va a salir perdiendo soy yo.
Así que ahora, como si te tuviera enfrente para decírtelo lo voy a reconocer. ¡SI!, te quiero, te quiero tanto, te extraño, me encantas, me hiciste volver a tener una ilusión, me hiciste revivir las malditas mariposas que daba por muertas, me hiciste ir al cielo y después me arrojaste en el infierno de tu ausencia y así no puedo vivir. Gracias, gracias por las risas, los momentos compartidos, las estupideces, los besos y las caricias, pues aunque creo que fueron fingidas a mí me hicieron feliz.
Ahora sé feliz, porque de verdad lo mereces, explota tu inteligencia y potencial. Por favor sé feliz, vive más, siente más y piensa un poco menos. A veces las decisiones no planificadas dejan como recuerdo los momentos más reales y difíciles de repetir.
Te quiero, no sé si te amo, ya no sé como se siente amar, quizás es parecido a lo que me produces, pero por ahora yo me voy, me retiro de la partida con la poca dignidad y sensatez que me queda.