Ilustración: Conrad Roset |
El mesón y el sofá nos reciben esta vez, entras en mí y en cada entrada siento fuego que sube por mis piernas y termina en mi boca, el hielo se nos derrite rápidamente, imagino que es por el calor que nos envuelve; tus manos son como llamas, ardes, ardo, ardemos en placer; amo tu fuerza, disfruto ver tu placer, se acerca el fin y nuevamente aprieto mis piernas pretendiendo detener el reloj, el placer y tu ser en mi ser; la fuerza se me desvanece en todo el cuerpo y floto, toco el cielo, veo el aire, huelo las estrellas y nada tiene sentido cuando todos mis sentidos se unen para sentirte y sentirme.
Te miro, me miras y con un beso y una sonrisa sellamos una vez más nuestro estupendo y exquisito encuentro.