domingo, 27 de noviembre de 2022

Despedidas

Dicen que despedirse cuando no quieres hacerlo es doloroso y sí, lo es, es quizás la razón por la cual estoy acá, escribiendo estas letras; pienso en nuestra despedida y siento un nudo enorme y asfixiante en la garganta. Es porque no quiero que te vayas, pero entiendo que debes hacerlo.

Imagino que la vida y el amor es eso, querer y entender, aunque duela. Siempre detrás de la coraza que procuro mantener, está la idealista que ama e imagina una vida juntos por mucho tiempo, pero no es así; el tiempo es relativo, así que para mí, nos falta y mucho, pero para la vida ya fue suficiente. Amarte ha sido un regalo, un privilegio y un aprendizaje enorme; tu compañía siempre fue un aliciente y un lugar seguro, pero a mí no me alcanzó para ser exactamente lo mismo para ti.

Soy cursi y tú no, por eso yo escribo estas palabras, mientras tú guardas silencio viendo el celular y buscando vuelos para irte. 

Creo que nos sobró amor y nos faltó suerte, la vida es demasiado misteriosa y avanza de manera que casi nunca entendemos, miro tan solo 2 meses atrás y éramos felices disfrutándonos mutuamente y haciendo planes. Regreso a este instante y veo que todo se esfumó y no fue nuestra culpa, nos arrebataron la paz y la estabilidad por la que tanto trabajamos, no aguantamos tanto voltaje y bueno, así quedamos.

Tú tienes más experiencia con las despedidas, quizás por eso siento que soy una despedida más para ti, no sé qué tan lamentable, tampoco lo voy a saber jamás.

Ay mi amor, amor que me rescató y me acompañó por tanto, amor que recordaré siempre con nostalgia y felicidad, siempre desearé que estés bien, que encuentres paz, que seas feliz y que vivas como quieres vivir, con tranquilidad y en el mar, ese que tanto extrañas.

Aún no sé cuando te irás, pero sé que te irás y como me conozco, sé que todo esto no te lo podré decir mirándote a los ojos, así que como siempre, es mejor escribirlo que decirlo, así me evito las lágrimas viendo tus ojitos cafés. 

Gracias por tus enseñanzas, por tus reflexiones de vida, por tus recetas que memoricé al pie de la letra, por tus conciertos, tus chistes crueles, tus largas conversaciones explicándome todo sobre ovnis y el universo, gracias por ese hogar que tuvimos por un tiempo, gracias por apoyarme en la adopción de Zeus y dejarme ese hermoso regalo, aunque sé que el amaría que lo llevaras contigo (siempre te prefirió a ti).


lunes, 21 de noviembre de 2022

Enero VS Octubre

Octubre de 2022 ¡qué mes!

En enero de este año, una crisis me hizo pensar que no estar más en este plano terrenal era una excelente idea y solución a todo; quise ejecutar mi idea, pero el intento no fue más que un fracaso más en mi lista de fracasos y no pasó de eso, de un intento.

A pesar de todo, mi familia, incluido mi "marinovio" me apoyaron y logré retomar el camino, equilibrarme y tratar de encontrar un sentido a esta vaina llamada vida; con una que otra recaída (nada grave) y a punta de lágrimas y mirtazapina logré exorcizar una gran parte de ese dolor que me carcomía el alma y la vida.

Pero octubre llegó con una sorpresa y una jugada que no vi venir, una vaina que me cambió la vida y me tiene por acá, viviendo en un pueblito, lejos de mi familia, sin negocio, sin paz y con pocas ganas de seguir.

Para no hacer largo el cuento, Bogotá es una ciudad implacable, poco generosa e hijueputamente jodida con casi todo el mundo; ese cuento que nos venden de que es la ciudad de las oportunidades es tan erróneo o por lo menos así lo veo yo. Pues la ciudad que me vio nacer, pasar mi adolescencia, trabajar, emborracharme, enamorarme, entusarme y por supuesto llorar, me dio una patada en el culo. La inseguridad es el pan de cada día y tener un negocio que empieza a crecer es un llamado para que aparezcan unos malparidos que se creen dueños de todo a cobrar "vacuna", un concepto que creí inexistente (porque ingenua e idealista la pendeja que escribe estas letras).

No pagar fue la causal de amenazas de muerte, sí, amenazas de muerte en contra nuestra y no, denunciar en estos casos no es una buena idea, porque la justicia en Colombia no prospera, no sirve y lamentablemente, muchas veces la "justicia" está untada hasta el codo del mierdero de la gente que cobra la vacuna.

Me fui el día que la amenaza fue muy seria y sentimos mucho miedo con mi socio, novio y compañero de vida, así que dejé todo tirado, hice maleta en 30 minutos, agarré a mi gato, mi novio y nos fuimos; quedamos en nada, quedamos en 0 y no se imaginan cómo se siente; qué sensación más horrible, qué dolor, qué tristeza, qué desesperación, qué desesperanza, qué hueco en el alma.

Ahora ando por ahí, sobreviviendo, buscando un motivo para seguir, tratando de entender el por qué, buscando la forma de quitarme este dolor del corazón y abrazando a mi gato cada vez que siento que la fuerza y poca sensatez que me puede quedar me abandonan.

Ahora trato de encontrarle lógica al porqué lo de enero quedó en un intento y no en un punto final.