miércoles, 2 de enero de 2019

Mi propósito

Cuando veo el historial de mis "post" en el blog, me doy cuenta de que hay personas que sin duda han dejado huellas imborrables en mi vida, personas a las que quizás en algún momento les abrí mi corazón y otras a las cuales simplemente les dediqué letras porque la cobardía no me permitía decirles lo que sentía.

Él no es la excepción y en los últimos meses ha sido quien me ha inspirado, pero ahora que decidí cerrar ese capítulo de mi vida, siento que me quedo nuevamente sin inspiración ¿me inspira tener un amor no correspondido? ¡quizás!, pero ahora que según yo lo voy a sacar definitivamente de mi vida ¿qué voy a hacer, esperar a que aparezca otra fuente de inspiración o sigo escribiendo cuando eventualmente me acuerde de él y sigo explotando nuestros extraños encuentros para escribir?

No tengo ni la más remota idea, no sé qué escribir, ahora que estoy acá tecleando estas palabras, sólo pienso en él, en sus ojos, en su risa, en su aroma, es su vida, en los pequeños momentos que nos regalamos, pienso en que si bien no es mi primer amor, es la primera vez que veo así a una persona, es la primera vez que pesa más lo que no puedo ver, que lo que veo; ¡Ay! te me metiste y bien metido en el corazón. 

Vivo fingiendo que no te quiero, que no te extraño, que no me importas, pero la realidad es otra. La realidad es que amaría estar contigo, la realidad es que me enamoré y ni siquiera supe en qué momento pasó, solo sé que pasó, la realidad es que te extraño todos los días, aunque sea un poco, la realidad es que me hace feliz saber que ahora estás mejor que cuando te conocí, porque entendí que el amor va más allá de un beso, entendí que la felicidad que me produce tu tranquilidad es un gran síntoma de amor, pero amor del bueno, de ese que no es egoísta, de ese que a pesar de todo es incondicional, de ese que me lleva a estar siempre ahí cuando me necesitas y de una u otra forma en eso nos correspondemos; la incondicionalidad es quizás el sello de lo que sea que hayamos tenido.

No sé cuanto dure esto, porque en mis deseos para año nuevo pedí poder alejarme de ti de verdad, sin que me duela, sin que quede esa sensación de pude haber hecho más; porque sé que hice hasta donde pude y si no doy más es porque por encima de toda esa incondicionalidad hacía ti, debe primar la incondicionalidad hacía mí, mi paz, mi estabilidad y mi amor.

Tengo la certeza de que jamás leerás esto, así que como me prometí, te sacaré de mi vida en letras. Sé que llegará un punto en el que ya no tendré nada más para escribir y ahí, justo en ese momento sabré que se acabó, que hasta ahí llegó mi amor por ti  y que podré seguir mi vida, aún sabiendo que tuvimos una historia en la que quisimos de maneras muy diferentes, pero a fin de cuentas nos quisimos.